Capítulo V - Las negociaciones a partir del día 02 de abril de 1982 (1)
Conclusiones sobre el primer período de negociaciones en Naciones Unidas
527. Las principales conclusiones que pueden extraerse con respecto a esta
primera gestión de negociaciones adelantadas por el Secretario General de las
Naciones Unidas, son las siguientes:
a. DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL SECRETARIO GENERAL
1) Actuó sin un mandato claro del Consejo de Seguridad, cubriendo funciones que
correspondían a ese organismo.
2) Una de las partes era integrante del Consejo de Seguridad y, como miembro
permanente, podía ejercer, en caso necesario, el derecho a veto.
Esto era, obviamente, una seria limitación para la acción del Secretario
General.
3) Su gestión según manifestación concreta, se limitó a comunicar las posiciones
entre las partes. Sus intentos personales no contaron con la aprobación
británica, en la medida que limitaban la postura del Reino Unido que había sido
establecida como punto a no ceder.
b. DESDE EL PUNTO DE VISTA BRITÁNICO
1) Mostró permanente renuencia en concurrir ante las Naciones Unidas.
2) En la primera parte de las gestiones se limitó a escuchar.
3) Vulneró la metodología señalada por el Secretario General y el día 17 de mayo
no presentó su posición para negociación sino una propuesta ultimátum
(Caracterizada de este modo por la rigidez de los plazos y la inmovilidad del
contenido).
4) Rechazó sistemáticamente los intentos de aproximación argentinos y del
Secretario General.
5) Reconoció que la propuesta que presentaba sería casi seguramente inaceptable
para Argentina.
6) Manifestó, con su actitud, la inexistencia de flexibilidad en sus
conversaciones y una persistente intención de resolver la cuestión por vías de
hecho.
c. DESDE EL PUNTO DE VISTA ARGENTINO.
1) Se concurrió a este foro por la única alternativa viable, independientemente
de que se descartara la satisfacción de los resultados a los que podía
esperarse.
2) La propuesta británica del 17 de mayo colocó al Gobierno argentino ante una
disyuntiva de hierro.
Por un lado la no aceptación, ya fuese en forma directa o por medio de una
contrapropuesta, que significaba elípticamente lo mismo, REPRESENTABA LA
CONSERVACIÓN DE LA GUERRA.
Por otro lado, su aceptación, que presuponía:
a) La pérdida de Georgias y Sandwich..
b) Una vuelta "de oficio" al "status quo ante bellum", ya que, si bien no se
establecía concretamente, LAS BASES DEL ACUERDO NO PERMITIRÍAN SALIR DE ESO.
c) La continuación de una discusión eterna, en términos similares en algunos
casos y peores en otros, respecto del status definitivo de las Islas.
d. La no obtención de beneficios para los nacionales argentinos, significaría
una posición inaceptable para la opinión pública argentina, todavía no sacudida
por los golpes de la guerra, vulneraría las esperanzas colocadas en los
beneficios que reportaría a la posición argentina la necesidad británica de
enfrentar violentamente el potencial militar argentino fortificado en las Islas
y, además, crearía un serio riesgo a la estabilidad política del gobierno
argentino.(1)
(1) La propuesta también contenía algunos aspectos favorables a nuestro país, si
bien de proyección no significativa.
3) Debe quedar claro que el gobierno argentino, al rechazar la propuesta
británica del 17 de mayo, independientemente del método empleado, ACEPTABA LOS
RIESGOS DE LA CONFRONTACIÓN (Esto fué expresamente considerado).
4) Debe quedar claro que el gobierno argentino, aceptando la propuesta británica
del 17 de mayo, HUBIESE TERMINADO LA GUERRA pero HABRÍA COLOCADO AL PAÍS EN UNA
POSICIÓN DIPLOMÁTICA SEMEJANTE A LA ANTERIOR AL 2 DE ABRIL.
5) Evidentemente, y de acuerdo con lo indicado en el punto 2), a esta Comisión
no escapa la importancia de la responsabilidad en la elección.
La disyuntiva era el resultado del choque de la posición original sostenida por
las partes y como tal, debió balancearse adecuadamente al efectuar los estudios
previos a la adopción de la resolución..
Entendemos, entonces, que no debe analizarse si Argentina debió o no aceptar la
propuesta británica cuando ésta se materializó el 17 de mayo, sino considerar si
esa situación fue debidamente prevista en los estudios preliminares. Como
sabemos, de acuerdo con lo analizado en capítulos anteriores, estos estudios no
existieron por lo menos con la amplitud que la decisión requería, y de allí
devino la necesidad de optar entre dos cosas que eran igualmente malas cuando
las circunstancias empujaron a ello.