Capítulo V - Las negociaciones a partir del día 02 de abril de 1982
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Las negociaciones a partir del día 02 de abril de 1982
285. En las primeras horas del día 02 de Abril la opinión pública argentina fue
sorprendida por la noticia del desembarco de fuerzas militares nacionales en
Puerto Stanley. La recuperación se consolidó en pocas horas con la toma de los
principales objetivos de la ciudad. La fuerza de ocupación detuvo al Gobernador
británico y rápidamente ejerció el control en todo el Archipiélago.
286. Pasada la sorpresa inicial, se extendió por todo el país un sentimiento
generalizado de júbilo y exaltación patriótica. Con ese acto, la nación
reivindicaba un objetivo histórico y mostraba su determinación de hacer respetar
sus derechos sobre un territorio irredento. Además, estas justas aspiraciones
habían sido reconocidas sucesivamente por las Naciones Unidas a partir del año
1965 siendo sistemáticamente resistidas por Gran Bretaña (Capítulo II).
287. Al cabo de diecisiete años de infructuosas negociaciones y 149 de
reclamaciones, la ocupación militar se daba como un recurso extremo para
denunciar y comprometer ante el mundo a una potencia colonialista que se negaba
obstinadamente a negociar con seriedad el futuro de las Islas, desconociendo los
documentos emergentes de la opinión internacional, expresados a través de la
Asamblea General de las Naciones Unidas.
288. En la mañana del 02 de Abril, el Presidente Galtieri informó la novedad al
Gabinete Nacional reunido en pleno, mientras los Comandantes de la Fuerza Aérea
y la Armada hicieron lo propio en sus respectivas fuerzas. El Doctor Costa
Méndez realizó un análisis del apoyo que podía esperarse en el Consejo de
Seguridad (Anexo V/1) (Ver declaración Gral. Saint Jean).
289. El 03 de Abril, antes de la promulgación de la Resolución 502 (Capítulo
II), las Islas Georgias fueron ocupadas por fuerzas argentinas, tras una
resistencia de la guarnición británica (22 hombres) según fue relatado en el
Capítulo IV.
290. Los medios masivos de comunicación difundieron profusamente imágenes de la
ocupación y propalaron desde las Islas categóricas declaraciones de autoridades
militares y miembros del gobierno nacional, que alimentaron en la opinión
pública la convicción de una ocupación irreversible y, prácticamente, sin
condicionamientos.
1.Gran parte de los documentos consultados, especialmente resúmenes de
conversaciones, llamadas telefónicas, etc., son transcripciones de cintas
magnetofónicas que no se encuentran en poder de esta Comisión o de apuntes y
anotaciones personales cuyo valor testimonial no puede ser juzgado.
291. El pueblo acompañó sin retaceos la decisión de la Junta Militar, mientras
que los medios de comunicación, por su efecto multiplicador y por la calidad de
la evaluación realizada sobre las posibles consecuencias de la medida adoptada,
contribuyeron a una pérdida generalizada de la objetividad. Ante esta euforia
nacional, el gobierno vio disminuida su capacidad de analizar reflexivamente la
realidad, lo cual habría de tener, más adelante, un peso considerable en el
desarrollo de las negociaciones (Capítulo VII).
292. La reacción de Gran Bretaña fue inmediata. Los servicios de inteligencia
británicos habían alertado que estaba en marcha la operación para la toma de las
Islas. En el campo militar, anticiparon, según informaciones ulteriores, el
envío de submarinos nucleares (probablemente dos) que habían partido hacia el
Atlántico Sur para reforzar las naves destacadas previamente con motivo del
incidente de las Islas Georgias del Sur.
El 03-ABR-82, la Sra. Thatcher se presentó al Parlamento y obtuvo la aprobación
para el envío de la mayor parte de la flota británica (aproximadamente 40 buques
de guerra con la misión de recuperar la posesión de las Islas). El xx-ABR los
principales navíos de la Fuerza de Tareas (Task Force), comenzaron a zarpar de
los puertos ingleses. Sobre la marcha, la Flota se integró con transportes de
tropas, buques hospitales, buques de abastecimiento y talleres flotantes,
llegando a disponer de un total de más de 120 unidades (Anexo V/2).
293. El día 04 de Abril, el gobierno británico obtuvo la autorización y apoyo de
los EE.UU. para el uso de la base aeronaval de la Isla Ascensión, que habría de
convertirse en el principal punto de apoyo para todas las operaciones navales y
aéreas en el teatro de operaciones, y que haría posible la presencia de la "Task
Force" en el Atlántico Sur.
294. En el campo diplomático, Gran Bretaña actuó rápidamente en tres frentes
principales:
a. En EE.UU.: el 01-ABR por la mañana, el embajador Henderson había informado al
General Haig que los servicios de inteligencia británicos aseguraban que estaba
en marcha una invasión argentina al Archipiélago Malvinas. Requirió la
intervención de EE.UU. y consideró los eventuales apoyos para el futuro en caso
de conflicto.
b. Naciones Unidas: el 02-ABR, el embajador británico Anthony Parsons -quien el
día anterior había solicitado y obtenido una declaración del Consejo de
Seguridad instando a evitar un eventual empleo de la fuerza o la amenaza de su
uso en el área de las Islas Malvinas- solicitó la convocatoria del Consejo de
Seguridad y logró que este organismo emitiera, al día siguiente, la Resolución
502 que exigía el retiro inmediato de todas las fuerzas argentinas de las Islas
(Capítulo II).
c. En la Comunidad Económica Europea (C.E.E.) y países integrantes de la
O.T.A.N.: los países de la Comunidad Económica Europea condenaron por
unanimidad, la intervención armada el mismo día en que ésta se produjo. Los
gobiernos de los diez países aplicaron, a requerimiento de Gran Bretaña, un
embargo completo sobre la exportación de armamentos con destino a Argentina, y
desde el 14-ABR hasta el 17-MAY establecieron una prohibición a las
importaciones argentinas, con excepción de aquellas que, a esa fecha, ya
hubieran sido despachadas.
295. Después de la Resolución 502, el Canciller Costa Méndez y la delegación
argentina dirigieron sus esfuerzos para comprometer el apoyo de la O.E.A. y de
los países "No Alineados". El 05 de Abril, en un discurso ante la OEA el
Canciller fundamentó la actitud argentina (Anexo V/3).
El 06 de Abril el General Haig se reunió con el Doctor Costa Méndez para ofrecer
la asistencia de EE.UU. (Anexo V/4).
296. El Secretario de Estado ACLARÓ QUE EE.UU. NO OFRECÍA MEDIACIÓN NI BUENOS
OFICIOS SINO, SIMPLEMENTE, UNA CUESTIÓN DE ASISTENCIA A LAS PARTES para la
búsqueda de una solución pacífica de la controversia.
297. Con esta gestión se materializó la apreciación previa de nuestra
Cancillería, en lo referido a la posición que asumiría EE.UU. cuando se
produjese la reocupación argentina de los archipiélagos. En ese sentido, en su
declaración ante esta Comisión, el Doctor Costa Méndez dijo:
"Con relación a la intervención militar de Gran Bretaña, yo no tenía dudas de
que se iba a producir".
"Cuáles son los dos hechos que a mí, personalmente, como Ministro y por lo tanto
como asesor del Poder Ejecutivo, me llevan a pensar que no hay otra salida de
esta situación que la ocupación, con todas las limitaciones y los inconvenientes
que surgían de esta situación: una, la confianza en la mediación. Es decir, yo
estaba convencido de esa posibilidad, y lo estaba en el Ministerio y creo que
también el Poder Ejecutivo".
"Insisto en esto: en que yo estaba convencido de la posibilidad y de la eficacia
de la mediación norteamericana; nunca de la intervención bélica a nuestro favor.
Eso nunca. Pero sí la mediación".
"Entonces, le expongo a Enders la cuestión Malvinas y le digo: Y ustedes, ¿qué
van a hacer si esto llega a una confrontación?".
"-Pero esto no va a ocurrir".
"-No sé -le digo- qué puede ocurrir. Es de recordar que todavía no se había
producido Davidoff, y que nosotros estábamos en el plan que acabo de relatar, de
largo plazo".
"-Y, entonces, nosotros, en ese caso: "hands off", e hizo un ademán así, con las
manos. Es decir, no nos vamos a meter".
"Sobre esa base, sobre la base de una conversación muy escueta con la señora
Kirkpatrick y sobre la base del análisis de la conducta americana que hicimos,
en función de la historia de su intervención de Latinoamérica, en ese momento,
llegamos a esta conclusión: que no iba a intervenir y que sí iba a intentar
mediar".
298. Los estrechos vínculos de distinto tipo entre EE.UU. y Gran Bretaña
permitían dudar sobre la imparcialidad de la posición que el primero adoptaría
en una eventual gestión negociadora y, por supuesto, hacían descartar una
participación favorable a nuestro país. Esto es conocido por el ex Canciller en
su declaración, cuando:
"PREGUNTADO: ¿Admite usted que, tanto la Junta como usted, se equivocaron en la
apreciación de la actitud de Estados Unidos? Teniendo en cuenta la vinculación
de Inglaterra y Estados Unidos por el origen, la descendencia, las relaciones
económicas y, quizás, el idioma también -todos esos vínculos que siempre han
unido a Estados Unidos con Inglaterra, inclusive en las últimas guerras
mundiales y ahora en la NATO- ¿no configuró ello un telón de fondo para apreciar
la actitud probable de Estados Unidos?".
"DIJO: La pregunta es crucial y muy importante. Nosotros teníamos la seguridad,
dentro de lo que se puede tener seguridad en los hechos humanos, en los hechos
políticos y en los hechos internacionales, de que Estados Unidos habida cuenta,
sin embargo, de todos los elementos que en la pregunta se han descripto tan bien
y con tanta verdad, por cierto -y que podían inclinar a Estados Unidos hacia
Gran Bretaña- nosotros pensamos y teníamos la convicción de que Estados Unidos
iba a intentar enérgicamente una mediación y que, antes de inclinarse a un lado,
iba a intentar enérgicamente una negociación".
Sin embargo esa "enérgica negociación" que intentaría EE.UU., hubiese requerido
mutuas concesiones de las partes, basadas sobre su voluntad e intereses pero,
fundamentalmente, sobre los intereses de EE.UU. y la presión que éste hubiese
podido ejercer.
Esto fue considerado expresamente por la Cancillería (Anexo V/5) en un análisis
sobre la "Gestión de Asistencia de EE.UU.", que incluía las perspectivas que
Argentina debía enfrentar en las negociaciones.
De éstas se desprende que el límite de presión que EE.UU. podría ejercer sobre
Gran Bretaña, lo constituía la estabilidad del Gobierno conservador. Si a ello
se suma la conocida situación de política interna que enfrentaba dicho gobierno
-etapa de menor popularidad del período de Margaret Thatcher- fácil es concluir
que EE.UU. tenía un escaso margen para ejercer su "presión". Por el contrario,
las posibilidades de presión sobre el gobierno militar argentino eran superiores
-independientemente de que las autoridades del momento no lo hayan considerado
así- y, en caso de deterioro de relaciones, los problemas resultarían menores y
las correcciones más factibles.
299. En los primeros días de abril, Argentina obtuvo una declaración del Buró de
Coordinación de los países "No Alineados" que exceptuaba a Malvinas y a
Gibraltar del principio de la autodeterminación (Declaración Dr. Roca).
300. El 07 de Abril, el General Menéndez asumió la gobernación de las islas,
acompañado por un reducido gabinete. Al respecto, en su declaración, el ex
Canciller expresó que la designación de un gobernador no era conveniente, por
cuanto contradecía la idea de "ocupar para negociar" reflejando la intención de
mantener definitivamente el dominio de las Islas. (1)