Capítulo XIV - Las lecciones del conflicto
Aspectos institucionales
Doctrina Conjunta
870. Las deficiencias observadas en materia conjunta han resultado
significativas y reclaman urgente solución. El primer accionar conjunto de las
Fuerzas Armadas se produjo en esta guerra con Gran Bretaña.
No se registran, previamente, operaciones de adiestramiento o ejercicios
conjuntos de importancia. Ello ha constituido una grave responsabilidad de los
conductores del presente conflicto.
871. En la guerra moderna, sólo la integración a nivel conjunto de las FF.AA.
permite el logro de los objetivos militares propuestos. Ello requiere, por
consiguiente, un desarrollo armónico, balanceado, racional y adaptado a las
necesidades del combate moderno de las tres FF.AA. De nada vale que una fuerza
adquiera un potencial o capacidad determinada, si no es acompañada por un
desarrollo similar en las otras fuerzas. Gran Bretaña lo demostró, al formar una
fuerza de tareas anfibia perfectamente balanceada con las necesidades
operativas. De nada le hubiese servido, por ejemplo, disponer de más buques de
guerra si no le resultaba suficiente la cantidad de aviones que trasladó al TO.
o viceversa. Otro tanto puede decirse de su infantería o de su artillería.
872. Solucionar este problema, debe constituirse en una responsabilidad
primordial de las autoridades de cada fuerza. Será necesario, en primer término,
limar asperezas, delimitar ámbitos operacionales, desarrollar doctrinas
conjuntas, efectuar ejercitaciones teóricas y practicas, instrumentar cursos de
estado mayor y de conducción conjuntos y, fundamentalmente, hacer comprender a
todos y cada uno de los integrantes de un comando operacional, que la misión y
la suerte de dicho comando se hallan por encima de toda consideración de orden
institucional. Las guerras son ganadas o perdidas- por la fuerza XXXXX de una
Nación, y no por tal o cual de ellas. La guerra moderna no admite la posibilidad
del triunfo por parte de una fuerza, exclusivamente. En cambio, existe la
seguridad de la derrota si ellos actúan en compartimientos estancos.
873. El Estado Mayor Conjunto es el organismo fundamental para operar esta
transformación. Para ello será necesario prestigiarlo, potenciarlo y dotarlo de
los hombres más aptos que cada fuerza pueda destinar al mismo, en función de su
vocación conjunta, acreditada y oficialmente calificada. Un sistema único de
planeamiento, y el curso de guerra conjunto, más la atenta y exigente
observación y selección en este sentido, deben ser los primeros pasos.
Debilidades de las FF.AA. en el Conflicto
874. Este ha sido el único conflicto bélico de la Nación en lo que va del siglo.
Si bien la paz es un objetivo nacional permanente de cualquier comunidad
civilizada, ella se logra mediante una adecuada preparación para disuadir a los
enemigos potenciales de emplear la fuerza en contra propia.
875. Nuestras FF.AA. demostraron en el conflicto, las siguientes debilidades:
a. Deficiencias en el accionar conjunto, según fue referido en el subtítulo
anterior.
b. Falta de desarrollo equilibrado y armónico del equipamiento de cada Fuerza,
sujeto ello a las necesidades de la guerra moderna y las hipótesis de guerra
existentes.
c. Falta de una fuerza submarina adecuada.
d. Falta de una aviación modernizada para la guerra en tierra y en el mar, y de
medios aéreos de exploración y reconocimiento adecuados.
e. Falta de fuerzas terrestres actualizadas profesionalmente, en especial para
el combate en horas de oscuridad.
f. Ausencia de una logística organizada y conducida con criterio conjunto.
g. Falta de fuentes diversas para la obtención de armamento y de una adecuada
capacidad de autoabastecimiento, por ausencia de tecnología propia y de
industrias de guerra suficientes.
h. Falta de adiestramiento suficiente en las FF.AA. para el aprovechamiento
integral de la electrónica en todos los ámbitos de la guerra moderna (Aire,
agua, tierra).
876. En el aspecto humano, debe enfatizarse el concepto de que el hombre es el
elemento decisivo en toda batalla y, como tal, la calidad de los mandos adquiere
importancia fundamental.
La edad del personal bajo servicio militar obligatorio, cuando estuvo bien
instruido y conducido, no constituyó, en sí misma, limitación alguna a su
capacidad de combatiente.
877. Los largos períodos de paz alteran frecuentemente las pautas y los
criterios para la formación y selección del personal de cuadros. De esta forma,
en los períodos mencionados, prevalecen las aptitudes intelectuales por sobre
las de carácter y espíritu militar. El valor -virtud genérica connatural a la
profesión de las armas- resulta difícil de ser percibido y evaluado. De allí
surge la necesidad de extremar, con severa prolijidad, la selección y formación
de los hombres destinados al ejercicio del mando y la conducción superiores. A
su vez, y para tener acceso a ese nivel de autoridad, es imprescindible destacar
la importancia que poseen las aptitudes armónicamente acreditadas en el mando
efectivo de tropas y unidades de combate, antes que en los trabajos de gabinete.
878. Considerado el conjunto de valores necesarios al militar, la
responsabilidad es una de las virtudes superlativas. Su devoción constituye la
cualidad más relevante de un comandante, y el hecho de que le corresponda en
forma exclusiva, no exime, sin embargo, a los niveles dependientes, del
respectivo ejercicio de la suya. Ello obliga, en particular en los niveles de la
conducción superior, a exponer y analizar con absoluta lealtad militar aquellas
disidencias de fondo que pudieren, eventualmente, afectar las futuras
operaciones proyectadas y la suerte de las armas. La independencia de juicio y
la honrada y leal franqueza intelectual, constituyen así, una exigencia en las
tareas y en las decisiones del Comandante.