Malvinas y la diplomacia bilateral anglo-argentina, 1945-1981
- Relaciones bilaterales sin diálogo, 1945-1965
Como se ha visto, en 1927, la Argentina
inició sus reclamos sobre las Islas Georgias del Sur (1). Pero según
Kinney, éste país reconoció tácitamente la soberanía británica (2).
En 1945, Gran Bretaña desalojó la estación meteorológica argentina
en Grytviken y devolvió todo el equipo científico a la Compañía
Argentina de Pesca (ver arriba).
En 1947-48, la Argentina reclamó por primera vez las islas
Sandwich del Sur. De este modo, no fue sino hasta después de la
Segunda Guerra Mundial que los reclamos de la Argentina en el
Atlántico Sur adquirieron la dimensión actual: las Islas Malvinas,
las Georgias de Sur, las Sandwich del Sur y la zona de la Antártida
por debajo del paralelo 60° (las tres últimas son conocidas por los
británicos como Dependencias (Dependencies).
En septiembre de 1945, el embajador británico en Buenos Aires
presentó una nota al Gobierno argentino, en la cual declaraba que su
Gobierno estaba dispuesto a tomar todas las medidas necesarias para
conservar los derechos soberanos británicos sobre las colonias y sus
dependencias. La nota también detalló actividades secretas
realizadas por la Argentina en las Dependencias durante 1943. El
Gobierno argentino respondió que esperaba solucionar el diferendo
"en una futura ocasión, directamente con Gran Bretaña" (3).
El 17 de septiembre de 1946, W. Beckett del Foreign Office
presentó un memorándum sobre las Islas Malvinas. La parte final del
documento resume la validez y la fortaleza de la posición británica
respecto de una serie de argumentos sobre los cuales Gran Bretaña
basaba sus derechos de posesión del archipiélago. Respecto de sus
derechos por descubrimiento: la prioridad británica es
"insatisfactoria" e "irrelevante". Sobre el Acuerdo Secreto de 1770:
"Hay evidencia para apoyar la convicción que una garantía verbal de
retirarse de las Falkland fue dada por Lord North en noviembre de
1770. Sin embargo, no puede ser totalmente demostrado". Más aún, el
documento agrega que "aceptar el hecho de una garantía secreta es
destruir definitivamente el caso británico anterior a 1833".
Respecto del retiro español de 1811 sostiene que:
En 1811 los últimos colonos españoles fueron retirados de
las Islas Falkland lo que entonces, desde el punto de vista
británico, se transformó en terra nullius. Los
respectivos reclamos de Gran Bretaña y Argentina son
considerados mejor desde 1811. La aserción argentina de
continuidad de posesión de España puede ser discutida sobre
las bases que el Gobierno de Buenos Aires estaba lejos de
representar la totalidad del Virreinato de La Plata [sic],
dentro de cuyos dominios estaban las Islas Falkland.
Además, con respecto a la sucesión de Estados, el
Gobierno de Su Majestad ha negado consistentemente el
derecho por el que las repúblicas sudamericanas insurgentes
aceptaban entre ellas mismas las delimitaciones
territoriales de los Virreinatos españoles. En los casos de
Colombia y Nicaragua, el Gobierno de Su Majestad reconoció
la sucesión de las nuevas repúblicas sólo en los territorios
que habían estado efectivamente ocupados.
Por último, respecto de los derechos de
prescripción (1833-1946) el Memorándum afirma que:
Gran Bretaña ha estado en formal
posesión y ocupación efectiva de las Islas Falkland desde
1833; en esa fecha las Islas no estaban efectivamente (ineffectively)
ocupadas por el Gobierno de Buenos Aires; y se puede
argumentar entonces que estaban abiertas a la adquisición
por la primera potencia efectivamente ocupante. En este
sentido, la ocupación británica de 1833 fue en ese tiempo,
un acto de injustificable agresión que ahora ha adquirido el
apoyo del derecho de prescripción. La presente población es
británica en su totalidad (4).
En el verano de 1947/48, buques de la
Armada Argentina llevaron a cabo maniobras en las aguas adyacentes a
las Islas Malvinas realizaron desembarcos en distintas islas de las
"Dependencias". Como respuesta y para respaldar a la fragata
Snipe que se hallaba estacionada en el área, la Royal Navy envió
al crucero HMS Nigeria, hubo incidentes menores entre los
presentes en el Puerto Melchior, en la Península Antártica, pero fue
resuelto y la Armada Argentina se retiró. Los buque británicos
permanecieron destacados en las Malvinas hasta 1949 (5). Los
incidentes en la Antártida se repitieron en 1952 en la Bahía
Esperanza y la Argentina anunció una progresiva ocupación de esa
región. A principios de 1953, los británicos destacaron como
refuerzo para la estación naval de las Malvinas al crucero HMS
Superb. Hasta marzo de ese año, la situación permaneció
inestable, y el comandante británico del área tenía autorización de
Londres para utilizar la fuerza si fuera necesario. Hacia fines de
1953, una vez solucionados los problemas en la Bahía Esperanza,
comenzó otro pico de tensión con los argentinos en la isla Dundee.
En esa ocasión, los británicos se preocuparon por su escasa
capacidad de respuesta a alguna agresión argentina. El Comité de
Jefes de Estado Mayor, evaluó en ese momento (como sucedería treinta
años después) que "bajo la actual política, el Reino Unido se
compromete a mantener sus intereses en las Dependencias de las Islas
Falkland sin la una fuerza adecuada para ello" (6). Para su
tranquilidad, los incidentes no pasaron a mayores.
Si bien a partir de la inmediata posguerra y hasta 1965 la
diplomacia argentina estuvo centrada principalmente en las Naciones
Unidas (ver arriba), en el ámbito de las relaciones bilaterales
ocurrieron hechos que merecen ser detallados.
En 1948, el Ministerio de Relaciones Exteriores de la
Argentina creó un departamento separado para seguir su reclamos
sobre las Islas del Atlántico Sur (7).
En el ámbito diplomático y dentro del marco del proceso de
descolonización emprendido por las Naciones Unidas, Gran Bretaña
registró, por esas fechas, a las Islas Malvinas como uno de sus
"territorios no autogobernados" (non-self-governing territories)
(8).
Hacia fines de 1950, el Congreso Argentino declaró
formalmente que las Islas Malvinas eran una posesión argentina (9).
El 21 de diciembre de ese año, una Ordenanza Real extendió
los límites de la soberanía británica sobre las Malvinas que
incluirían la plataforma submarina, el fondo marino y el subsuelo
contiguo a las islas. Así, el área pasó a comprender 85.000
kilómetros cuadrados.
A comienzos de 1953, se produjo un desembarco argentino en la
Isla Decepción perteneciente al grupo de las Shetland del Sur. Como
respuesta a la acción argentina y con la misión de expulsar a los
ocupantes, la Royal Navy envió inmediatamente al buque HMS Snipe
(10).
En ese mismo año, la Argentina, como en tiempos de Rosas,
intentó resolver la disputa por las Islas por medio de una
transacción comercial (ver arriba). En efecto, el entonces
presidente de la Argentina, Juan Domingo Perón, envió al
contraalmirante Alberto Tesaire, presidente provisional del Senado,
como representante oficial del país a la coronación de la Reina
Isabel II en 1952. Durante su estancia en Londres, el representante
argentino visitó la sede del Foreign Office y ofreció a Gran Bretaña
la compra de las Islas. De este modo, sostuvo Tesaire, las
relaciones anglo-argentinas se asentarían sobre bases firmes. El
Gobierno británicos, rechazó la oferta aduciendo que temían que ello
produjera la caída del Gobierno del Primer Ministro Winston
Churchill (11).
El 4 de mayo de 1955, el gobierno Británico inició ante la
Corte Internacional de Justicia un reclamo contra Argentina relativo
a los derechos de soberanía sobre las dependencias de las Islas
Malvinas, en especial las Georgias del Sur, Sandwich del Sur y lo
que ellos denominan Territorio Antártico Británico. La presentación,
titulada "Solicitud del Gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña e
Irlanda del Norte relativa a las incursiones del Gobierno argentino
en territorio antártico británico", solicitó que la Corte declarase
que:
el Reino Unido, a diferencia de
la República Argentina, posee, y en todas las fechas
pertinentes ha poseído, derechos legales válidos y
perdurables a la soberanía sobre todos los territorios
comprendidos en las dependencias de las Islas Falkland y, en
especial, en las Islas Sandwich del Sur, Georgias del Sur,
Orcadas del Sur, Shetland del Sur, Tierra de Graham y Tierra
de Coats (12).
La presentación incluyó, además, un
pedido para que la Corte obligara a la Argentina a respetar la
soberanía del Reino Unido y que cesara en sus pretensiones de
ejercer soberanía sobre los territorios de las Dependencias (13).
La Argentina no aceptó la jurisdicción de la Corte, ni de
ninguna otra corte internacional, panel de mediación o arbitraje.
Así, la Argentina pasó a contar sólo con las Naciones Unidas, la
Organización de Estados Americanos, o los No-alineados como foros
para presentar sus reclamos (14). Gran Bretaña nunca sometió el caso
de las Islas Malvinas a la Corte (15).
Con la firma del Tratado Antártico en diciembre de 1959, y su
entrada en vigencia a partir de 1961, Gran Bretaña modificó, los
límites de los territorios en disputa. El 26 de febrero de 1962,
mediante una "Orden en Consejo" efectiva a partir del 3 de marzo
siguiente, el Gobierno de Su Majestad dispuso que las tierras
situadas entre los meridianos 20° y 80° oeste, al sur del paralelo
60° sur, constituirían una Colonia separada que se llamaría
Territorio Antártico Británico. Respecto de Malvinas, la Orden
estableció que "Dependencias de las Falkland [Falkland Islands
Dependencies] significa todas las islas y territorios entre la
longitud 20° oeste y la longitud 50° oeste, situadas entre la
latitud 50° sur y la latitud 60° sur y todas las islas y territorios
entre la longitud 50° oeste y la longitud 80° oeste, situadas entre
la latitud 58° sur y la latitud 60° sur" (16).
En septiembre de 1964, un piloto civil, Miguel Fitzgerald,
aterrizó con una avioneta en Puerto Stanley, plantó una bandera
argentina, dejó una nota de protesta y levantó vuelo antes de poder
ser aprendido por las autoridades locales. Gran Bretaña protestó por
esa acción en las Naciones Unidas (17). El Gobierno argentino negó
estar relacionado con el hecho. Como consecuencia de éste incidente,
Gran Bretaña estableció permanentemente un contingente de Royal
Marines.
El 20 de septiembre de 1965, la Cancillería argentina envió
una nota al Gobierno británico invitándolo a iniciar negociaciones
bilaterales con el fin de resolver las diferencias entre ambos (18).
Recién el 4 de noviembre el Reino Unido respondió
afirmativamente a la nota argentina del 20 de septiembre. En su
respuesta restringió el alcance de las negociaciones al considerar
al tema de soberanía fuera de discusión (19).
-
Notificación de la Argentina a la Unión Postal de Berna (ver
arriba).
-
Kinney, 43.
-
Informe Beckett
sobre las Islas Falkland, 17 de septiembre de 1946 en Ferrer
Vieyra 1993, p. 537.
-
Foreign Office,
Research Department F.O. 371/17111, A.S. 5728/311/2; citado por
Ferrer Vieyra 1993 pp. 540-41.
-
Grover, 170;
Kinney, 44.
-
Grover, 171.
-
Kinney, 47. En
la actualidad se llama Departamento de las Islas Malvinas.
-
Ibid. 47.
-
Ibid. 47, buscar
ley y fecha.
-
Ibid. 47. HMS
Snipe: buque de escolta (1.400 toneladas).
-
Gustafson, 101.
-
Citado en Ferrer
Vieyra 1984, 266-67.
-
Ibid., 267.
-
Sobre la
evaluación de los posibles efectos de la decisión argentina
existen opiniones divergentes. Mientras que los analistas
argentinos presentan el caso como una decisión acertada de la
Argentina, para Kinney, la respuesta argentina habría debilitado
sus reclamos al eliminar la posibilidad de acudir a cualquier
instancia judicial o mediativa final (Kinnney, 48).
-
Ferrer Vieyra
1993, 196.
-
Pereyra, 28-9.
Pereyra agrega que de este modo Gran Bretaña mantuvo sus
apetencias con sólo un ligero cambio de denominación (29).
-
Destefani, 108.
-
Información de
del Carril a la Cuarta Comisión de la ONU sobre contactos
bilaterales, 11 de noviembre de 1965 en CARI I 251-52.
-
Quellet, 61;
Lanús, 463-4.
Esta información procede de
"Historia General de las Relaciones Exteriores de la Argentina" se
han vinculado solo los temas relacionados con Malvinas. Esta obra esta compuesta
de 14 tomos publicada por Iberoamérica y los Directores son Andrés Cisneros y
Carlos Escudé.
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